“Sostener los espacios de formación fue el resultado de un Estado presente que aplicó políticas públicas con un alto impacto en el territorio. Necesitábamos estos recursos para brindar más herramientas a los vecinos y vecinas”, afirmó el titular en el Ejecutivo local tras formalizar la distribución de los elementos en el CIC radicado en el barrio Santo Tomás este mediodía. 

“La articulación constante entre Nación, Provincia más el Municipio ensambló un gran equipo bajo un lineamiento común: ocuparnos de resolver las demandas de la gente y llegar a quienes más lo necesitaban en primer término”, remarcó la máxima autoridad distrital. 

La secretaria de Abordaje Integral en la cartera nacional comandada por Juan Zabaleta, Alicia Soraire, señaló la importancia de “preservar los ámbitos ideados para promover la inclusión” e instó a “respaldar proyectos edificados con una misión: generar igualdad de oportunidades a partir del conocimiento”.

En sintonía, la secretaria de Desarrollo Social en la Comuna -Natalia Csigo- especificó las acciones implementadas para auxiliar a grupos familiares sin acceso al sistema sanitario, expuestos a condiciones de vulneración, déficit habitacional o violencia. “La obtención del equipamiento permitió elevar la calidad en cada intervención”, aseguró.

En ese aspecto, tanto el Alcalde como funcionarios y funcionarias coincidieron en la relevancia de reducir el impacto anímico causado por la pandemia en la sociedad a partir de la participación ciudadana en cursos o seminarios con salida laboral. Por ese motivo, la determinación de asignar materiales para garantizar su funcionamiento.

En Florencio Varela, el cronograma de propuestas vinculadas al aprendizaje en artes y oficios diseñado desde los CIC emplazados en puntos estratégicos del partido registró cifras récord en participantes con más de 24 mil personas inscriptas durante los últimos 18 meses.

Con más de 120 talleristas, elaboraron una oferta sumamente heterogénea que incluyó clases de guitarra, boxeo, peluquería, colorimetría, estética, informática, taekwondo, karate, danza, carpintería, herrería, electricidad, corte y confección, manejo de redes sociales, música, panadería, pastas, pastelería, arte y decoración, manualidades o porcelana fría.

Tanto la cursada como los contenidos debieron adaptarse a la emergencia sanitaria. Durante el período de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, recurrieron a las plataformas digitales con clases a distancia. Actualmente, regresaron a la presencialidad con los protocolos indispensables para evitar contagios por Coronavirus. Además, mantuvieron una modalidad mixta para multiplicar el alcance con opciones para niños, niñas, adolescentes e incluso adultos mayores.

Experiencias

El profesor de guitarra para chicos y chicas de 5 a 15 años -Juan- valoró la posibilidad de enseñar en su tierra natal. Posteriormente, destacó el compromiso exhibido por sus estudiantes. “Fueron momentos muy duros donde, a través de la música, construimos auténticos lazos de contención”, reveló.

Diego, a cargo de las clases de música en el CIC “Pista de Trote”, subrayó la perseverancia para sobreponerse a pesar de las dificultades o limitaciones de la virtualidad. “La gente necesitaba una ocupación donde canalizar tanta energía e incertidumbre. Sumaron saberes o técnicas que apreciaron porque les permitieron vincularse desde otro lugar”, explicó.