¿Cómo describís un sitio característico para el barrio?

Con un grupo de vecinos, tenemos la idea de cuidar el espacio verde encuadrado entre las calles Santa Inés, Río Carapachay, San Pablo más Río Salado; al lado del Club “Los Pumas”. El objetivo es tener un pulmón. Vemos el abandono y nos da pena no repararlo.

¿Hay avances?

Hablo con cada residente. Les cuento mi propósito: armar una asociación con su respectiva comisión directiva. Aceptan y empezamos a limpiar. Retiramos muchos residuos. Ahí comprendemos por qué la gente no circula por el lugar.

El proyecto que diseñan para recuperar el predio lo presentan en “Mi Plaza Limpia”…

Si, obtenemos el cuarto puesto, pero la transformación es total. Antes, había cuatro juegos rotos; hoy, hay gente que hace deporte: fútbol, vóley… pero lo más importante es la conciencia con el medioambiente.

¿La iluminación ayuda?

Sí, ahora hay LED en todo el barrio, pero la plaza es pionera. Tengo una anécdota: nos visita el mandatario comunal -Andrés Watson- en vísperas de Navidad. En ese contexto, nos pregunta: “¿cómo están con las luminarias?” y mira hacia una lámpara colgada. Le digo: “Intendente, es lo que voy a pedirle. Por una rifa, compramos el foco y el poste aunque no tenemos quien lo coloque”. Él me responde: “Usen la plata para otra cosa, de las luces me encargo yo”.

También hay intervenciones artísticas…

Sí, tenemos un paredón compartido con el Club “Los Pumas” quienes nos ceden una parte para que lo podamos utilizar. Los artistas de la Municipalidad hacen un mural para recordar el 40º aniversario de Malvinas que extienden hasta la pared que une a la escuela. Así podemos transmitir valores.